¿Cuál es su aporte a la universidad y a los estudiantes?
Considero que la tarea de educar debe ser humanística y sensible, lo que será posible en la medida que esté encaminada a la integración de los estudiantes a la compresión de su entorno, a la realidad empresarial, regional, nacional y global. Por ello, en mis clases lo teórico y lo práctico se da en todos los temas; es decir, que se entrega más y mejor información conceptual, pero también se realizan ejercicios prácticos en donde se exponen historias del entorno empresarial en donde los estudiantes son protagonistas, con unos roles o funciones definidos. Es una percepción consciente crítica del mundo, algo que pienso es básico para que se generen los cambios sociales que tanto se necesitan.
A la universidad le aporto a través de mis trabajos y de mis proyectos, porque en la Escuela de Administración aprendí a trabajar con proyectos sociales y con comunidades vulnerables, estos temas me gustan y me mueven mucho; por eso, creé una electiva que se llama Desarrollo, Pobreza y Realidad Empresarial, para sensibilizar a nuestros estudiantes con situaciones que se encuentran en nuestro contexto.
En esta asignatura me di cuenta que algunos estudiantes son muy receptivos cuando tienen contacto con comunidades vulnerables, jardines infantiles o fundaciones por algún trabajo de la asignatura; ya que, después de un tiempo, me cuentan que siguieron trabajando con algunas comunidades. Gracias a eso, siento que les dejé una semilla, la del buen ser humano y del sentido humanista que caracteriza a los estudiantes rosaristas.